Seguimos trabajando en el proceso de entender un proyecto audiovisual en su plenitud, y para ello, además de trabajar la parte creativa, es clave comprender la financiera. Lógicamente, este texto es solo una ventana a todo un apartado mucho más extenso y complejo sobre los procesos administrativos y financieros de una película, serie o documental. Aun así, es información que considero crucial que todo filmmaker, director o guionista que desea entrar en la industria audiovisual debe al menos conocer
Hola, soy @AndreaGiannone, CEO & co-founder de Filmarket Hub.
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Solemos decir que no estuvo en nuestra mano qué padres nos tocaban en suerte, que nos fueron dados al azar: mas no es posible nacer para nosotros a nuestro albedríao - Séneca, sobre la brevedad de la vida.
Encuentra a los referentes adecuados. En realidad somos muy afortunados porque muchas personas dejaron gran parte de su sabiduría registrada en libros y diarios. Si hay algo que no sabes, búsca un libro y aprende de ello. Si no sabes de tipos de capital que existen en los mercados, busca un libro y aprende de ello.
Vías de Financiación para películas y series
Existen diferentes tipos de capital o vías de financiación para una película o serie. En este post intentaré explicar de forma muy breve los diferentes tipos, sus pros y contras y cuáles son los más populares en la actualidad.
Cuando producimos un proyecto audiovisual, lo primero que debe hacer el productor es un presupuesto, lo que en una startup se llamaría plan financiero. Una vez que se tiene clara la necesidad de gasto del proyecto, el paso siguiente es hacer una proyección de recaudación. Para ello se puede valer de diferentes mecanismos. Más adelante veremos la relación directa que tiene esta proyección de facturación con la selección del tipo de financiación. Y finalmente, definidos los gastos y cuánto se recaudará, se procede a seleccionar las vías de financiación.
Lo primero que debes saber es que el presupuesto se divide en dinero que irá a:
Fondo perdido
Capital
Deuda
#1 Vía: A fondo perdido:
Es la vía por excelencia que dominan los productores. Es la más fácil de obtener de las tres y no requiere tener tantos conocimientos financieros como exige la financiación a capital o la de deuda. Aun así, te recomiendo que leas el post donde te explico por qué no consigues financiación pública para tu película.
Cada categoría se puede subdividir en otras, por ejemplo, en dinero a fondo perdido, en España tienes: 1) Subvenciones a la producción de la Comunidad Autónoma; 2) Subvención a la producción del Estado Español; 3) Subvención a la producción de la Unión Europea; y 4) Ayudas de Ibermedia.
Según el país en el que te encuentres podrás acceder a un determinado tipo de ayuda, ya que existen muchos y de diferentes formas. Si te encuentras en uno donde no existe mucha industria audiovisual, te sugiero que valores la posibilidad de la co-producción.
Las otras vías habituales de fondos perdidos pueden ser las donaciones y el crowdfunding. Ambas son las de menor coste para el productor y quizás son aún más fáciles de obtener que las subvenciones, puesto que el apartado financiero pierde interés, y lo que impera como razón para invertir es puramente la parte creativa. Sin embargo, su limitación radica en la tipología al que pueden acceder a este tipo de financiación. Las donaciones son más propias para usar en un documental, y los crowdfunding mejor para cortos, web-series, etc. Es muy raro que un crowdfunding financie toda una película, y más raro aún que el proyecto funcione.
Antes de que salten con comentarios estrella como ‘El crowdfunding sí funciona, hay uno o dos casos de éxito’, recomiendo que hagamos un llamado al sentido común y en primer lugar hagamos el cálculo de los miles de proyectos que han salido a buscar crowdfunding y los únicos tres casos de éxito que todos conocen. Sólo 3 ó 4…
Pero sí compartiré mi opinión de que el crowdfunding podría ser una excelente opción para arrancar un proyecto. Es decir, usarlo para el desarrollo, o bien para rodar un corto, o bien para hacer un teaser o un piloto. Lo que en las startups se llama MVP: un Producto Mínimo Viable que demuestre la capacidad y potencial de tu historia, pues si es una serie, hacer un teaser en condiciones, una escena, un micro piloto, etc.
Además, si se toma en serio y se organizan bien, es una excelente experiencia para ir aprendiendo los primeros pasos de cómo desarrollar un proyecto y optimizar al máximo todo el apartado creativo del mismo. Un ejemplo espectacular de ello, aunque muy mal enfocado, fue El Cosmonauta. Un grupo de jóvenes, allá por el 2012, se organizaron muy bien y sacaron adelante una financiación muy elevada para hacer su película. Otro día hablaremos en qué y por qué fracasó, pero si quieres te adelanto una pista: fue porque se saltaron las distintas fases de desarrollo de una película, que son altamente duras de superar por una razón… para que la película no fracase. Esto fue lo que los mató. Pero la organización y la campaña de crowdfunding fue brillante.
#2 Vía: A Capital:
Primero debes saber que entre las distintas alternativas, no existe una que sea mejor que otra. La realidad es que la mayoría de las veces ni siquiera son alternativas, sino complementos. Por eso, lo habitual que existía en nuestra industria antes de que llegaran las plataformas era trabajar bajo co-producción.
Por tanto un proyecto audiovisual, desde el punto de vista financiero, y como cualquier otro tipo de empresa, debe contemplar un mix de instrumentos que minimice su coste financiero a la vez que evite incurrir en un riesgo excesivo.
Venture capital, vuestro mayor desconocido
Las venture capital son los fondos de inversión privada. Existen distintos tipos, con tesis financieras muy variadas, pero si hay algo que caracteriza a los fondos es la necesidad de la diversificación. Esto quiere decir que el fondo invierte en tecnología e innovaciones, muchas veces diversifican en productos e invierten en otras cosas. También hay distintos fondos, micro-fondos, redes de business angels o family offices.
Los VC existen en nuestra industria y en todas partes. Incluso antes de que apareciera Netflix ya habían muchos que invertían en Media, y otros específicos para medios. Pero la razón por la que me pareció importante que las conocieras es porque gracias a los VC hoy existen las grandes plataformas de streaming. Antes de que Netflix se financiara en bolsa, los VC fueron los que la financiaron. Por tanto, si entendemos cómo funciona un VC entenderemos finalmente por qué las plataformas funcionan de una determinada manera.
Primero, lo fundamental: el VC o inversor privado es un instrumento de capital. Cuando un canal de televisión, o plataforma de streaming o VC te financia, ese dinero va a capital. En cambio, los bancos y otros medios de financiación (como las ventas internacionales) van a deuda, y finalmente las subvenciones van a fondo perdido.
A riesgo de sonar trivial, la diferencia fundamental entre deuda y capital es que, mientras la primera hay que devolverla, junto con un interés o una comisión por venta habitualmente a plazos, el segundo no. Por supuesto, esto no quiere decir que el capital sea gratis. Al contrario, el capital es la fuente de financiación más cara que existe, ya que participa sin límite en todos los beneficios futuros que tenga la película o la serie.
En la industria audiovisual europea y latinoamericana, las vías de financiación privada más utilizadas son:
● Canales de televisión
● Plataformas de streaming
Ambas con una doble ventaja sobre el VC. Los canales, además de la aportación económica, cuentan con infraestructuras enormes de promoción y difusión de la película. Y las plataformas aportan una red de distribución internacional, además de la promoción.
Este tipo de financiación es la más compleja de obtener. Es tan complejo, que antes de las plataformas se creía que solo existían los canales para financiar proyectos.
Filmarket Hub existe mucho antes de la irrupción de las empresas americanas en España, y ya para ese entonces teníamos varios VC inscritos en la plataforma. Ahora con las plataformas, hay muchos más fondos inscribiéndose.
A pesar de todas las oportunidades que abundan ahora mismo en la industria, lo cierto es que levantar capital lleva bastante tiempo y requiere un esfuerzo titánico por parte del productor.
¿Por qué esta vía es la más cara para el productor?
El capital no quiere solo derechos económicos sobre la película. También quiere y te requiere, o mejor dicho, necesita derechos políticos. De lo contrario, sería inviable ejecutar la operación.
Uno de los derechos políticos más batallados por todos los creadores en Hollywood siempre fue el derecho de corte final. Esto significa que cuando un estudio financia una película, cosa que era mayoritariamente necesario si querían conseguir beneficios, el estudio siempre tiene el corte final. ¿Os imagináis a alguien intentando hacer un corte final a las películas de Nolan? Pues sí.
Las películas se componen de tres derechos:
el de autor,
el de transformación y
el de explotación.
En este modelo de financiación por capital, los tres derechos van para el financiador (con ciertas excepciones según el territorio en el que te encuentres, puesto que en Europa el de autor es intransferible). En este aspecto, en el nuevo modelo de financiación, cada plataforma tiene su propia política, pero sí que es verdad que son mucho más flexibles que los estudios.
Dicho todo esto, si la financiación a capital es tan cara, tan problemática, con accesibilidad limitada a través de intermediarios y a veces hasta un poco peligrosa, ¿alguien en su sano juicio querría inversión privada para su peli o serie? Y la respuesta es un grandísimo SÍ. El privado financia lo que ningún otro quiere financiar, es decir, proyectos de carácter audiovisual de alto riesgo, siempre con grandes pérdidas, envueltos en una enorme incertidumbre de si funcionará o no cuando salga ahí fuera. ¿Pagará alguien un ticket del cine para ver mi película?
Gracias a la participación ilimitada en los beneficios de aquellas películas o series que sí triunfan, los fondos e inversores privados pueden recuperar y compensar las pérdidas enormes que les generan las que no. Hasta hace 3 años, en Europa y Latinoamérica, de cada 10 películas, se perdía dinero en 9 y solo una recuperaba la inversión y generaba beneficios.
En el modelo actual, los principales inversores ahora son las plataformas, que desarrollaron un modelo de negocio diferente al de la taquilla en los cines e incorporaron un modelo de distribución mucho más ágil y escalable, con una optimización potente en coste de impresión y distribución de la película y un aumento en la inversión en promo.
La desgravación fiscal es la vía más codiciada y la que más cara le puede salir al productor y todos los socios que conformen la AIE. Muchos productores la suelen confundir con una subvención, aunque no lo es. Es una ayuda, un beneficio que consigue el inversor privado a cambio de poner su dinero en una película y no en Hacienda. Este vehículo es de apariencia sencilla, pero en verdad no es así. Estructurarlo adecuadamente es muy complejo, se necesita hacerlo con un bufete de abogados especializado (y además de los que no hacen trampilla, para que luego no te pillen con el carrito del helado) y otro fiscalista.
Necesita un dominio del papeleo, contratos y derechos al milímetro debido a su condición de transparencia, donde si pasa algo responden el productor y todos sus socios a nivel personal. Las incidencias se transfieren al socio directamente.
Todos los países cuentan con estas leyes y se podría bonificar gran parte del presupuesto de la película. Sin embargo, este tema necesita todo un capítulo que lo explique detalladamente. Ha hecho más daño el hacerlo a la ligera que el no hacerlo.
#3 Vía: A Deuda
Los instrumentos que van a deuda corresponden a:
Préstamos Participativos, Venture Debs,
Préstamos Instituciones,
Préstamos Bancarios,
Preventas.
Empezaremos por el último, las preventas, que se utilizan cuando un proyecto está levantando financiación de la forma tradicional. Y no es más que cuando se prevenden los derechos de explotación de una película o serie en el extranjero. A diferencia de los estudios que operan en el mundo entero, el cine independiente se organiza con distribuidoras más pequeñas que por lo general operan en un solo territorio. Para que la película se pueda ver en muchos países, suelen buscarse socios en otros países que adelanten una parte de la financiación, y eso lo puedes utilizar para completar el presupuesto de la película.
Por esta razón existen los Mercados en los festivales. Ahí se reúnen todas las distribuidoras de cada región o continente, y se venden y compran derechos de explotación.
Por cierto, repasaremos el concepto de “cine independiente” que quiere decir todo aquellos que es financiado, producido y distribuido fuera del circuito de las 5 majors norteamericanas.
Algo que no te explicarán en la escuela es que en el modelo tradicional de financiar una película tienes un porcentaje que va a fondo perdido, y otro que va 100% a deuda. Por eso es clave que tu película al menos recupere el costo, porque tendrás que devolver ese % que está a deuda.
Los préstamos participativos (o Venture Debs) y los institucionales existen en el modelo anglosajón, donde los proyectos cuentan con una mayor preparación financiera y suelen ser más las películas que sí recuperan el dinero que las que no. Cuando en una industria sucede esto, suelen aparecer este tipo de oportunidades extras. Son préstamos otorgados por fondos o instituciones especializadas en el sector, y que por tanto, a la hora de analizar el proyecto, están más familiarizados con las métricas a evaluar y el posible potencial de facturación que generará ese producto. Este vehículo es puramente financiero, así que el productor que aplica a ellos debe dominar las finanzas.
La gran ventaja que tiene este tipo de préstamo es que el institucional no pide garantías y el participativo suele pedir muy pocas.
Finalmente, están los préstamos bancarios. Como experiencia, siempre recomiendo ir a solicitarlos para que consigas una perspectiva financiera de tu proyecto y entiendas cómo se evalúa el riesgo. Aun así, debes saber que los bancos no pueden asumir ni un 1% de riesgo, así que será poco probable que consigas que te financien directamente.
Sin embargo, son un excelente instrumento para adelantar tesorería de cualquier contrato que tengas. Subvenciones, preventas, etc. A mí me gusta imaginarlos como si fueran una fuente bisagra.
Suelen pedir garantías, y en nuestra industria contamos con las SGR, especializadas en el audiovisual y el análisis de riesgo de un proyecto audiovisual.
Pro tip: recomiendo, si eres productor, que hagas simulacros de solicitudes. Yo lo hice muchísimo cuando empezaba y esto me permitió comprender el contexto que necesitaba aprender hasta dominarlo. En las SGR o bancos te pedirán balances, análisis de fondos propios, deuda, activos, pasivos, modelos de presentación de impuestos, tabla de accionariado, etc. Esto te abrirá las puertas poco a poco al mundo real.
¿Cuándo entran?
El financiador a deuda, por lo general, solo entra en compañía de alguna otra vía de financiación y, además, normalmente lo hará cuando concurran una o varias de las siguientes situaciones:
Si el proyecto cuenta con financiación privada y acompaña dicha inyección con un aporte que suma a completar el presupuesto.
Si el proyecto cuenta con financiación pública y adelanta contratos de liquidez. En este caso, esta aportación no está sumando para completar el presupuesto.
Como seguro habéis deducido, esto es así ya que cualquiera de los casos anteriores reduce la probabilidad de que la productora no devuelva el préstamo… ya se sabe que la deuda es un poco así. Solo te prestan un paraguas cuando ya no llueve. Pero el productor inteligente se prepara para dominar ese paraguas cuando llegue esa lluvia. El piratilla se olvida de entender estas vías, y por tanto su propio proyecto, y se lanza a la piratería. No quieras trabajar con gente así.
Aun así, imaginando que estás con un productor profesional, por el tipo de proyectos en los que trabajamos… las cosas a veces se tuercen y se pierde parte o todo el dinero prestado. Por ello, para que en neto, es decir, en una cartera diversificada, a estos financiadores les compense económicamente el riesgo que asumen, necesitan pedir:
Preferencia o seniority en la cascada de liquidación.
Un tipo de interés elevado, en torno al 10% y el 15%.
El plazo para la devolución de los préstamos suele estar entre los 2 y 3 años, a veces con periodos de carencia inicial que pueden ir de 6 a 12 meses.
Desde el punto de vista del productor, la deuda es siempre más barata y menos intrusiva que el capital, pero aumenta el riesgo financiero del proyecto, ya que en caso de que no sea capaz de devolver el principal o los intereses del préstamo (cosa que pasa muy habitualmente), el prestamista podría llevar la productora a concurso de acreedores.
En términos de facilidad de obtención, técnicamente es más fácil, puesto que lo único importante son las finanzas y la parte creativa tiene poco valor. Si se cumplen con todos los condicionantes previamente explicados se consigue. Pero antes tienes que contar con una subvención o financiación privada.
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